domingo, 23 de mayo de 2010

Nelson Cardona conquistó el Monte Everest, la cumbre del coraje

El amor de madre de Blanca Carvajal fue determinante para que el 'niño', como llama a su hijo Nelson Cardona Carvajal, fuera el primer colombiano discapacitado en pisar la cima del Everest.


Esta mujer, de 82 años, fue la llama de vida para el manizaleño de 47, cuando él sintió que se derretían sus sueños de llegar a la cumbre más alta del mundo.

El 2 de marzo del 2006, cuando escalaba el Nevado del Ruiz, sufrió una caída de 18 metros que le causó cinco fracturas maxilofaciales, una cefalocraneal, la pérdida de su dentadura, la ruptura de su pelvis en dos partes y el destrozo de su pierna derecha.

Blanca recuerda, con la voz entrecortada, ese fatídico momento, cuando escuchó en la radio que su 'niño' se había caído por un precipicio hacia un fondo de filudas piedras.

Sin embargo, advierte que su amor de madre la llevó a sacar a su hijo de ese infierno en el que vivía, para que escalara una montaña más alta que cualquier otra: la de su autoestima rota por el accidente.

"Mi niño lloraba y me decía que no iba a poder cumplir su sueño de coronar el Everest, pero yo le respondía: 'Mijo, usted se va a aliviar, se va a poner bien y va a ir'", recuerda.

Nelson duró cuatro meses en terapias en la Clínica Presentación, en Manizales. Luego se fue para la casa de su hermano y al final, a la de su mamá. Cuando se sintió recuperado se fue para Bogotá.

Un año y nueve meses después, pese a saber que había sobrevivido de milagro, decidió que le amputaran aquella pierna que se le volvió astillas, para usar una prótesis que le permitiera volver a acercarse al cielo escalando las más altas cumbres.

Sin embargo, la última en enterarse fue Blanca y lo hizo por televisión. Luego, se encontraron cuando él la visitó en Manizales. "Apenas me vio, se me arrodilló y me pidió la bendición. Fue una alegría inmensa porque le trajeron una pierna del exterior para que se fuera a escalar el Everest", afirma.

En diciembre del 2008 ya estaba de nuevo en el Nevado del Ruiz, listo para volver a escalar, ante el asombro de sus colegas... y de su mamá. "Mi madre es un gran ejemplo de fortaleza mental y física, porque ella me enseñó a enfrentarme a las paredes de la vida, a las dificultades", reconoce Nelson.

Blanca recuerda que el sueño de Nelson de ser montañista le llegó a los cinco años, cuando su padre, Israel Cardona, lo llevó a conocer el Nevado del Ruiz.

Fue tanto su espíritu de aventura, que a los 12 años huyó de su hogar, para volver a casa a los 20. Fue guardabosques en los nevados del país y en este lapso conoció a Juan Pablo Ruiz y a Marcelo Arbeláez, que lo indujeron a practicar el montañismo.

La cima de la vida

Blanca supo que Nelson intentaría llegar a la cumbre del Everest seis meses después de la muerte de su hijo mayor, Rafael, de un infarto. Entonces lloró al pensar que podía perder a Nelson, su 'niño'. A las 9:50 p.m. del pasado 9 de mayo, día de La Madre, Blanca contestó una llamada en su celular. "Madre, la bendición", escuchó que le decía su 'niño' desde el Everest, en un saludo característico de Nelson hacia ella. "Cuando la escuché, lloré de la emoción. Le agradecí por haberme traído al mundo y por darme la oportunidad de existir. Le pedí perdón y me puse a llorar con ella", cuenta conmovido.

Esta charla telefónica fue el impulso vital para afrontar el ascenso. Aunque Nelson no logró su meta de ser el primer discapacitado del mundo en llegar a la cima del Everest sin ayuda de oxígeno adicional, pudo caminar sobre la cumbre el 17 de mayo a las 12:30 a.m. de Colombia.

Blanca, cuyo corazón saltó de felicidad por el triunfo de su 'niño', también sintió que él estaba en peligro. Y, como toda madre tiene algo de pitonisa, 20 horas después de cumplir su gran sueño, Nelson empalideció en la nieve durante su descenso. "Una gran pared de hielo fue para mí de alta dificultad. En la última parte de la bajada se me zafó la prótesis, quedé colgando en el abismo y mi grupo venía más atrás. Yo no sabía si gritar o esperarlos. Al final, con el otro pie, alcancé a sostenerla para que no se perdiera, porque donde se me hubiera extravíado, no se qué habría pasado", relata.

Al final, volvió sano y salvo al campamento base, el 19 de mayo a las 4:55 a.m. de Colombia. Aunque Nelson demostró las fortalezas de una persona discapacitada, su mayor logro fue cumplir el sueño de su mamá: que ambos fueran felices. "Me amputé la pierna, pues quería darle a ella felicidad. Gracias a ella debo mi existencia, la amo y es un orgullo tener una madre como Blanquita Carvajal".
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